Una comparación de los aspectos normativos, cualitativos y clínicos de los biosimilares de HBPM disponibles puede ser de utilidad para su selección y su adopción.

Fecha de publicación del resumen: agosto de 2021
Con al menos ocho heparinas de bajo peso molecular (HBPM) catalogadas y disponibles internacionalmente, ¿qué biosimilar de HBPM debería mantenerse en los formularios?

A pesar de que, en la actualidad, han sido sustituidas en gran medida en la praxis clínica por anticoagulantes orales de acción directa, las HBPM, como la enoxaparina, siguen siendo fármacos de elección para pacientes de cáncer con riesgo de tromboembolismo venoso y para la profilaxis durante el embarazo, y su prescripción sigue siendo habitual.

En EE. UU., los productos de HBPM continuadores se consideran como genéricos, mientras que en la UE se consideran biosimilares. El proceso de autorización de la EMA para nuevas aplicaciones de biosimilares de HBPM especifica diversos ensayos clínicos y no clínicos que deben realizarse; estos últimos incluyen comparaciones cualitativas, mientras que los clínicos constan, al menos, de un estudio farmacodinámico que analiza la actividad antifactor Xa y antifactor IIa (vigilancia de la terapia anticoagulante) y la liberación de inhibidor de la vía del factor tisular (TFPI) en voluntarios sanos. No es necesario un ensayo comparativo específico de eficacia, pero es obligatorio evaluar la seguridad y la inmunogenicidad en los pacientes. Al igual que ocurre con todos los biosimilares autorizados, se requiere un plan de gestión del riesgo y la farmacovigilancia en el marco del procedimiento de autorización de la EMA.

La mayoría de los productos de HBPM se preparan a partir de heparina no fraccionada derivada de la mucosa intestinal porcina, que se despolimeriza parcialmente hasta alcanzar el peso molecular requerido. El proceso de despolimerización puede lograrse a través de varios métodos, lo que provoca pequeñas diferencias estructurales entre los distintos genéricos o biosimilares de HBPM. Sin embargo, todos estos productos están autorizados para las mismas indicaciones.

Se han realizado tres estudios de biosimilitud para enoxaparina, y todos ellos concluyen que los productos son bioequivalentes. Además, la farmacovigilancia de los biosimilares de HBPM en la UE no ha generado ninguna alerta de seguridad.

Así pues, ¿qué HBPM deben mantenerse en los formularios? Un grupo de farmacéuticos clínicos e investigadores de la Universidad Queen’s de Belfast ha diseñado un modelo para tomar decisiones de incorporación a formularios bajo el acrónimo en inglés SOJA («sistema de análisis mediante juicio objetivado», www.sojaonline.com). El modelo proporciona un sistema de factores de ponderación críticos para que los votantes del comité farmacoterapéutico puedan evaluar cada producto disponible y otorgar la máxima puntuación recomendada para su inclusión. El sistema favorece los productos con ensayos analíticos modernos de impurezas, datos clínicos de fase III y disponibilidad de modos de dosificación profilácticos y terapéuticos, así como con un precio atractivo. Para la admisión de HBPM, este modelo ofrece un proceso sencillo y transparente que facilita la adopción de políticas.

Conclusión clave

Las HBPM se siguen prescribiendo de forma extendida a pacientes de cáncer que necesitan terapias anticoagulantes. Se ha establecido un novedoso modelo de sistema de análisis mediante juicio objetivado que proporciona un proceso transparente para la adopción de políticas encaminadas a decidir qué biosimilares de HBPM ofrecen la mejor relación coste-beneficio y deberían incorporarse a los formularios farmacéuticos.

Un reciente examen de políticas insta a una comercialización más efectiva de biosimilares

Fecha de publicación del resumen: agosto de 2021
Actualmente, casi una tercera parte de las nuevas autorizaciones de fármacos contra el cáncer son para componentes biológicos, la mayoría de los cuales son biosimilares. En vista de esta circunstancia, un examen de políticas actualizado, publicado en The Lancet Oncology, ofrece un análisis de los potenciales obstáculos que pueden afrontar los nuevos biosimilares para acceder al mercado y propone métodos para superarlos.

Cuando los componentes biológicos pierden la protección que les otorga la patente, se dispara el desarrollo posterior de biosimilares. Sin embargo, desde que los biosimilares comenzaron a estar disponibles, las reservas iniciales se tradujeron en un rechazo por parte de la EMA de casi 1 de cada 10 nuevas solicitudes de autorización, mientras que la FDA desestimó casi la mitad (un 44 %); en cambio, la Agencia japonesa de productos farmacéuticos y dispositivos médicos (conocida por sus siglas en inglés, PMDA) no ha rechazado ninguna solicitud, pese a haber recibido un número considerablemente menor.

En la UE, las directrices reglamentarias y la tolerancia al riesgo son más permisivas que en EE. UU., un país especialmente estricto de cara a la extrapolación de la aplicación de las indicaciones, es decir, la autorización reglamentaria de un biosimilar en las mismas condiciones que su componente biológico originador. Evidentemente, esta restricción no apoya la capacidad de los biosimilares para competir en el mercado, y sería conveniente que la legislación federal la abordase. Además, en EE. UU., ningún producto biosimilar ha sido designado como intercambiable, por lo que los similares no pueden ser sustituidos para su uso a nivel de farmacia. La sustitución automática, una práctica ampliamente extendida en Europa, está también prohibida en Japón, que debería seguir los pasos del continente europeo y liberalizar sus políticas al respecto.

Los litigios sobre patentes en EE. UU. también desalientan la comercialización incluso de biosimilares aprobados, si bien esta tendencia es menos apreciable en la UE y en Japón. Una propuesta para reducir los problemas asociados a las patentes sería que las disputas se resolviesen mediante evaluaciones inter pares, cuyo coste se sitúa en la escala de los cientos de miles de dólares, en comparación con las demandas judiciales, que ascienden a millones de dólares.

Es también sabido que las falsas ideas sobre una supuesta menor seguridad y eficacia de los biosimilares en comparación con los componentes biológicos de referencia disminuyen la aceptación de estos productos en el mercado. Es preciso destinar más esfuerzos a luchar contra las conductas contrarias a la competencia, como la difusión de información engañosa por parte de los fabricantes de componentes biológicos. Por su parte, las entidades influyentes, como la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), la Sociedad Europea de Oncología Médica (SEOM) y el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar de Japón, deben fomentar los esfuerzos imparciales para educar a los profesionales y a la sociedad en materia de biosimilares.

La fijación de precios de los biosimilares, determinada por los sistemas sanitarios de la UE, EE. UU. y Japón, es variable: en cada región, la rebaja del precio en comparación con los componentes biológicos originadores oscila entre el 10 % y el 30. Sin embargo, las bonificaciones y las posiciones preferentes en los formularios suelen convertir a los componentes biológicos en la opción más barata. Para aumentar la competitividad y la asequibilidad de los biosimilares, se requieren decisiones para incrementar la relación coste-eficacia e iniciativas como la minimización de los regímenes de «pago por retraso» y el fomento de la transparencia en los acuerdos de fijación de precios.

Conclusión clave

Es preciso abordar rápidamente la falta de información y las ideas erróneas acerca de la seguridad y la eficacia de los biosimilares, así como luchar contra las conductas contrarias a la competencia de las compañías farmacéuticas. La transparencia en la fijación de precios, las bonificaciones y las decisiones para incrementar la relación coste-eficacia son medidas necesarias para aumentar la competitividad y la asequibilidad de los biosimilares.