Abstract

Mejora de los cuidados de apoyo: lecciones que podemos aprender de la introducción de los biosimilares en la asistencia sanitaria general

Título del artículo: Biosimilares en cuidados de apoyo

Referencia: Foreman E. Curr Opin Oncol 2020;32:282–8. doi: 10.1097/CCO.0000000000000631

Fecha de publicación: julio 2020

Fecha de publicación del resumen: agosto de 2021
Se han efectuado múltiples esfuerzos para mejorar el acceso a los biosimilares y ahorrar costes en los sistemas sanitarios. Esta reseña considera algunas de estas iniciativas recientes.

El uso de biosimilares está llamado a aumentar significativamente en aquellos pacientes con cáncer que requieren cuidados de apoyo. Sin embargo, todavía existen múltiples retos para la introducción de biosimilares en la praxis clínica.

La epoetina-α es un agente estimulante de la eritropoyesis (ESA, por sus siglas en inglés) que mejora los niveles de hemoglobina en pacientes tratados con quimioterapia y reduce la necesidad de realizar transfusiones de sangre. Desde el lanzamiento en Europa del primer biosimilar de epoetina-α en 2007, se han lanzado muchas versiones de este biosimilar con efectos a corto y largo plazo por todo el mundo, con grados de eficacia aparentemente similares. La introducción de biosimilares de ESA y la consiguiente reducción del precio de estos medicamentos en el Reino Unido llevó al Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica del país (conocido por sus siglas inglesas, NICE) a reconsiderar su postura en cuanto a la relación coste-eficacia y, en consecuencia, a aprobar su reembolso por parte del servicio nacional de salud británico, NHS, en 2014. De forma análoga, las versiones de biosimilares de filgrastim están ampliamente aceptadas por Europa y Estados Unidos, y su uso se ha expandido.

A pesar de las conocidas ventajas de la adopción de biosimilares en la praxis oncológica, existe una falta de confianza entre los prescriptores. Algunos de los ámbitos en los que los profesionales sanitarios afirman tener lagunas de conocimientos son los procesos de autorización de biosimilares, la farmacovigilancia y nociones de extrapolación e intercambiabilidad. Además, puede ocurrir que los pacientes, los tutores y el público en general se muestren reticentes a aceptar los biosimilares; es por ello que diversos organismos, incluyendo entidades gubernamentales y sociedades profesionales, han puesto a disposición de pacientes y profesionales sanitarios recursos educativos de calidad, al tiempo que continúan recopilando y difundiendo datos de farmacovigilancia y farmacoeconomía.

La aceptación de los biosimilares también puede verse afectada por las diferencias en los métodos de comisionado y reembolso de estos fármacos. Las políticas sanitarias que incentivan la competencia y la sostenibilidad de los precios, como los regímenes sanitarios basados en valor, garantizan que los fabricantes continúen invirtiendo en el mercado de los biosimilares. El proyecto británico UK Cancer Vanguard constituye un buen ejemplo de una iniciativa encaminada a aumentar la aceptación de los biosimilares (en este caso, rituximab). Este proyecto, que cuenta con la participación de los depositarios y consta de materiales formativos, incentivos fiscales y objetivos de ejecución, ha visto recompensados sus esfuerzos: el biosimilar infliximab se ha hecho con el 90 % de la cuota de mercado en 12 meses.

Es evidente que conviene abordar varios obstáculos existentes para fomentar el acceso a los biosimilares en el ámbito de los cuidados de apoyo. Algunos de estos obstáculos son la creciente estandarización de las normativas, los procesos de comisionado y reembolso y una mejor disponibilidad de los productos, sin desdeñar la importancia de fomentar una comprensión más clara de la gran utilidad de los biosimilares.

Conclusión clave

A menudo, los prescriptores y los pacientes carecen de conocimientos sobre los biosimilares, lo que reduce la aceptación de estos en la práctica clínica. Las lagunas de conocimiento afectan a diversos ámbitos (p. ej., procesos de aceptación, farmacovigilancia, extrapolación e intercambiabilidad), que es preciso abordar para que aumente la aceptación. Las políticas sanitarias que incentivan la competencia y la sostenibilidad de los precios garantizan que los fabricantes continúen invirtiendo en el mercado de los biosimilares.